martes, 7 de octubre de 2014

Epílogo

Después de un largo período de tiempo sin actualizar este blog, llega el momento de ponerle el epílogo por parte del que suscribe. Hace algo más de cuatro años nacía este blog, fruto de las andanzas de un grupúsculo de individuos que salían a la cartera sin rumbo hasta encontrar un lugar donde comer. Uno de esos días fuimos a parar al Mesón O Forno, un lugar que no conocíamos y que nos causó una grata impresión tanto por la comida, como por el lugar y el trato ofrecido. Y creímos que sitios como ese deberían ser conocidos, al menos saber que existen. Y lo mismo ocurría con casa Cándida. Y así nacía este blog. Y salvo algunas excepciones, ese fue su caminos y su cometido: dar a conocer lugares poco conocidos donde el buen comer se practica en toda su extensión. Claro que en este peregrinaje nos hemos encontrado con algunos sitios que dejan mucho que desear.

A lo largo de estos cuatro años este blog se ha ido “desinflando”, la televisión se ha llenado de programas relacionados con la cocina… han cambiado muchas cosas. El que suscribe es partidario de finalizar lo que comienza, así que esta estrada será la última que hará en este blog. Y es que en estos cuatro años han pasado muchas cosas. Hemos tenido noticia del fallecimiento de Doña Cándida Bello, propietaria de Casa Cándida, el mítico Siete Platos, quizá la prueba más dura a la que se sometieron nuestros estómagos por la cantidad y la gran calidad de los productos que nos ofrecieron. Hace algo más de año y medio doña Cándida fallecía en su casa de O Viveiró (Muras) . Y aunque doña Cándida nos ha dejado, al parecer sus sobrinos han tomado el testigo. Desde aquí vayan mis mejores deseos para ellos.

En estos cuatro años por supuesto que hemos comido :). El que suscribe ha conocido lugares para olvidar, lugares que se han convertido casi en obligatorios y establecimientos que han pasado sin pena ni gloria. Y hasta podría hacer un monográfico de “el llantar en comedores de hospitales”. Y como siempre, la opinión es mía (nuestra) y ni es ni ha sido mi (nuestro) propósito promocionar o desacreditar a nadie. Si hemos ido s un establecimiento y la comida no nos ha gustado, o el trato o el precio, así lo hemos comentado. Por supuesto que el lector podrá estar de acuerdo o no con nuestras opiniones, pero para opinar ya está tripadvisor.

El que suscribe quiere agradecer a todos aquellos que nos han seguido la paciencia para aguantar estos tostones, e incluso visitarnos de vez en cuando. Hemos contado 37.684 visitas a lo largo de estos años (según google y hasta el 7 de octubre de 2014) y 17 seguidores, incluso alguno nos ha leído y enlazado, como zuku en http://www.clasespasivas.net/foro/viewtopic.php?f=12&t=9431#p51812 (gracias por lo de profesionales de la tripería :)). A todos ellos, muchas gracias.

En estos cuatro años, de los lugares a los que no volvería por propia voluntad son dos: A Cantina, en Doade (Sober) en el PK 12,500 de la LU-903. A este lugar fuimos a parar una noche después de una larga excursión por la Ribeira Sacra, se encuentra al borde de la carretera y parecía no tener mala pinta desde fuera. Cuando tomamos asiento el camarero tuvo a bien hacernos levantar de una mesa “por si venían más clientes”… eso cuando el comedor estaba completamente vacío, un comedor decorado con pésimo gusto, con una mezcla de estilos entre rústico y moderno-industrial que armoniza tan bien como una nécora con traje de Armani, un querer y no poder. Como no teníamos mucha hambre, pedimos un churrasco para cuatro. Al cabo de una media hora nos llega un plato de churrasco con patatas supuestamente fritas. Cuando vimos el plato no salimos de nuestro asombro y preguntamos si era para los cuatro. Pues sí. Era para los cuatro. A tres coma veinticinco costillas por persona tocaba, oiga. Las patatas, tal y como su color delataba, estaban medio crudas, por lo que pedimos que nos las pasaran más. A la vuelta apenas había diferencia con su estado original. Al menos la ensalada era comestible, y menos mal. En cuanto al vino, alguien diría que estando en la Ribeira Sacra, con los ricos caldos que allí se gestan, tendría que ser bueno… bueno, ni se os ocurra pedir el vino de la casa. Hacedme caso. Hay vinagres más sabrosos en cualquier estante del Mercadona. Y no, no vinieron más clientes...

El otro lugar al que no volvería sería la Tapería El Convento, en el campo de la Compañía, Monforte de Lemos. De este lugar tan sólo diremos tres cosas: una, que el vino se sirve en copas SECAS, si queremos el vino aguado ya lo haremos nosotros. Dos, que la ensaladilla congelada no es precisamente comida casera. Y tres, que las vitrinas para alimentos son para eso, para alimentos.

También destacaremos dos lugares de excepción, dos lugares a los que hay que ir sí o sí. Uno de ellos es la Tapería o Xugo, en la Avenida de Lugo, en Monforte de Lemos. Cantidad, calidad, buen precio, buenos vinos, cerveza de bodega, platos innovadores caseros, postres irresistibles como la tarta “Muerte por chocolate” y siempre un trato amable. Una apuesta segura que no decepcionará a nadie. Incluso si sólo pasas a tomar una cerveza o un vino, te ofrecerán un surtido de tapas que cambian diariamente, a escoger entre una docena de opciones (tortilla, callos, empanadas, guisos variados, chocos, etc.). Y todos los jueves se acerca un pulpeiro desde O Carballiño para ofrecer Pulpo á  feira preparado a la entrada del local al modo tradicional. Hasta te pueden prepara la comida para llevar. Se recomienda reservar mesa. Obligatoria la visita tanto para clientes como para hosteleros. Para algun@s camareros o similares: es una leyenda urbana que cuando un comedor está lleno y el camarero que lo atiende se ríe, Hacienda te mete un recargo del 15%. De verdad. Probad a sonreír.


Otro lugar a destacar es Casa Pepe, el Rey de la Codorniz, en O Saviñao. Ctra. Vieja Chantada-Monforte de Lemos, Km. 20. Un lugar donde se recomienda reservar mesa antes de ir. No es el más limpio ni el más moderno de los lugares, ni el más fácil de encontrar, pero tan sólo por el postre ya merece la pena ir. No es difícil ver salir las llamas por la chimenea en momentos de máxima afluencia. El churrasco se sirve sin patatas y las codornices a la brasa son puro vicio. Y para postre, un pijama, un conjunto de flan, helado y fruta en almíbar digno de reyes. Y  todo ello a un precio más que ajustado. Recomendable reservar mesa con antelación, ya que suele estar lleno.

Quedan otros lugares en el tintero, como el Barcelona, en Monforte de Lemos, el Ben Me Sabe, en Ourense y  otros tantos a los que la frágil memoria del que suscribe no alcanza a recordar.


Aprovecho loa ocasión para responder a dos preguntas que nos habéis transmitido los cientos de miles de millones de personas que nos habéis seguido:

-¿Es cierto que el Máster de los Premios es capaz de ilustrar una critica gastronómica utilizando sólo fotos de tangas?
- El que suscribe cree que es perfectamente capaz de hacerlo, es más, yo creo que si insistís, lo hará.
-¿Hay camisetas, merchandising o similares? ¿Os anunciáis a los lugares donde coméis?
- No, no disponemos de merchandising y tampoco nos anunciamos ni avisamos a los lugares que vamos. Vamos de total incógnito, pero a cara descubierta. Lo de entrar con la cara cubierta con un pasamontañas no da mucha confianza.


Esta entrada va dedicada a un gran amigo fallecido el año pasado, Felipe Y. Y., alguien de quien aprendí mucho y mucho me quedó por aprender, un excelente profesional en su campo, que como muchos otros tuvo que emigrar al extranjero. Va por ti, compañero.


A modo de epílogo, el que suscribe cierra esta etapa con el análisis de un establecimiento más que conocido, sobre todo en la zona de Monforte de Lemos, cuya fama le precedía: Restaurante Polar.

En todos los pueblos, ciudades, aldeas o villas, cuando te diriges a sus indígenas lugareños preguntando por un sitio donde comer, siempre salen a la luz al menos dos o tres sitios. Y Monforte de Lemos no podría ser menos. Entre las variadas opiniones de los indígenas lugareños un alto porcentaje dirán sin dudar más de tres segundos “La Polar”. El Restaurante Polar, lugar de encuentro cafetero en las mañanas monfortinas, se encuentra en la Calle Cardenal, en pleno centro. Es fácil de encontrar, es uno de los cuatro o cinco establecimientos que con sus terrazas invaden la calle haciendo difícil tanto mirar los escaparates como circular a pie. Este restaurante-cafetería ya era conocido por el que suscribe, que sucumbiendo a los cantos de sirena y a las leyendas urbanas de que hacían unas pizzas excelentes, comió allí una pizza. Disponen de una amplia variedad de pizzas a un precio único, algo menos de unos 8 euros independientemente de los ingredientes que lleven (sólo los de la carta). Y no era para tanto. Una pizza correcta tirando a normalilla, sin destacar ni por la masa ni por los ingredientes.

En este “reencuentro” el que suscribe fue invitado a una comida de despedida de una buena amiga y mejor persona. El acontecimiento coincidía con una romería popular que hizo que varios restaurantes del lugar cerrasen sus puertas. Al llegar, una pizarra nos avisa de que el precio en terraza del menú es distinto al precio en comedor, con una diferencia de unos tres euros más caro el menú en comedor. Desconozco a qué se debe esa diferencia de precios, o si hacían rebaja por comer en la cocina o encima de la cafetera. A la entrada nos recibe con cara de funeral una amable señorita que directamente nos pregunta qué queremos. Lo del buenos días, para qué decirlo? Nos indica que no hay sitio, que debemos esperar. Un vistazo al local me permite ver dos mesas libres, pero insuficientes para el número de comensales. Así que esperamos, hasta que una de las invitadas, aprovechando que conocía al dueño, le pregunta por un comedor anexo. Dicho comedor se encuentra cerrado, según un señor con bigote. Pero el dueño decide abrirlo. Y yo me pregunto… Si hay sitio, y sólo se necesita abrir una puerta y encender unas luces… ¿para qué hacer esperar a los clientes?

Una vez que entramos en el comedor recién abierto, acompañados de una camarera igual o menos simpática que la primera, tomamos asiento. La carta que nos entregan es amplia, un poco desordenada, donde puedes encontrar platos a un precio en una página y en la siguiente, esos mismos platos acompañados de otro en una especie de micro-menú o de oferta del tipo “toma dos y paga uno y pico”, lo que dificulta un poco la elección. Asimismo, cuenta con un menú del día, que fue la opción por la que optamos los seis comensales.

Entra los primeros destacamos los callos, la ensalada de aguacate y la ensaladilla con jamón ibérico y gambas. Nos toma nota otra camarera, Sama, el polo opuesto a la anterior, una mujer de enorme simpatía y exótica belleza. Tras media hora de espera, dos pedazos de pan menos por cabeza y un par de copas de vino menos, vuelve a aparecer Sama y pregunta a la camarera simpática II por nuestros platos… lo mismo que si le preguntaras por la ecuación de Schrödinger a la farola de la esquina: ni flores. Al poco tiempo vuelve Sama con los platos:

Los callos: buenos, sin ser espectaculares, y faltos de picante según el que suscribe y buenísimos según otras tres comensales. De aspecto, el que se espera de unos callos.

La ensalada de aguacate, muy buena según la persona que la comió, destacó la buena combinación del aguacate con el jamón y el resto de los ingredientes.

La ensaladilla rusa con jamón ibérico y gambas: muy buena según la comensal que la pidió. Pelín escasa desde mi punto de vista.

De nuevo, espera para los segundos platos, servidos por camarera simpática II (no le vi la placa con el nombre), aunque menos que en los primeros platos. Al menos tuvieron el buen detalle de traer un recipiente de cristal con hielo para mantener las bebidas frías durante el tiempo de espera. Entre los segundos platos hubo:

-Arroz a la marinera: en cantidad más que suficiente para una o dos, incluso tres persona. Arroz caldoso con marisco, servido en sartén alta. Aunque para el que suscribe, que prefiere el arroz más seco, lo encontró soso, hay que reconocer que el grano estaba en su punto, cosa que no es fácil encontrar en muchos restaurantes que se precien. De intenso saber, escaso en sal, fue calificado por su comensal como riquísimo.

- Bacalao al horno: servido en tartera de barro acompañado de abundante salsa, almejas y patatas, fue calificado como muy bueno por tres de las comensales.

-Rabo de toro estofado: la verdad es que es un plato difícil de encontrar por estas latitudes y menos de menú, por lo que el que suscribe sospecha que será de ternera y gracias. Bien cocinado, acompañado de unas patatas fritas, he tenido ocasión de probarlo, siendo quizás el mejor plato del Restaurante

-Picatta milanesa: el que suscribe, atraído por lo exótico del plato, se decide por un plato que consta de espaguetis con salsa casera de tomate, champiñones y jamón cocido, acompañando a dos mínimos filetes de lomo de cerdo empanados, o lo que es lo mismo, dos micromilanesas. Sorprendente por la salsa de tomate casera, es un plato que no está al nivel de los demás ofrecidos como segundos.

Llegados a los postres, las opciones escogidas fueron flan casero (en tamaño XXL) (lamentamos no haber llegado a tiempo para la foto)

Tarta de galleta (sentimos no haber llegado a tiempo para la foto)

Tarta de tres chocolates

Tiramisú.

Todo ello regado con un vino blanco de la Ribeira Sacra, aguas y refrescos varios. Había la opción de tomar café y licores varios, estos últimos invitados por la casa. Decidimos alargar la sobremesa tomando el café en otro lugar. El precio, alrededor de 15 euros por cabeza, todo incluído. El precio es en comedor, creo que columpiándose de la lámpara sale un poco más barato.


El que suscribe no entiende cómo con tanto personal como tiene este establecimiento haya tanta descoordinación y se tarde tanto en servir unos platos del menú del día. Es posible que si hubiésemos pedido algo de la carta aún estuviésemos ahora mismo sentados a la mesa. Si bien el recibimiento fue más bien frío, la despedida corrió a cargo de Sama, que con un sonrisa nos agradeció la visita. ¿De verdad cuesta tanto ser amable?

Restaurante Polar se encuentra en la calle Cardenal, 13, 27400 Monforte de Lemos (Lugo). Su web es www.restaurantepolar.com.




sábado, 26 de mayo de 2012

RESTAURANTE CALZADA ROMANA

Bien amigos de este blog., después de mucho tiempo de tener el blog avandonado, con fecha de hoy me veo en la necesidad de publicar nuevamente. Esta semana me aconteció una cosa muy curiosa, bonito pareado. Bueno empezamos a relatar lo ocurrido, la idea surgió de un compañero y amigo mio, y el que suscribe, Master de los Premios, que mas adelante lo presentaré, pongamos D.E.L.G., bueno vamos allá, la cosa es que teniamos una reunión en la Capital de Provincia, pero e ahí que esta se suspendió, entoces entra la duda de ir a comer, r que r, que no sabemos, pues acudimos a las Rutas de la Ignorancia, dale que te pego, y digo yo, pues vamos a cedeira. Dicho y hecho, por que somos así, nos tomamos el aperitivo en un local que el no conocia, local que le gustó, por ser bastante enxebre.





Una vez allí, le propongo ir a comer meson o Forno (ya publicado en este Blog), al llegar a citado sitio, cual es mi sorpresa que lo encontramos cerrado. Pienso y me suena que por alli arriba hay otro restarante, alla nos ponemos a buscar y realmente aparece, se llama RESTAURANTE CALZADA ROMANA, no habia mucha gente, el día no estaba propicio para ello, pero bueno nos pedimos, Porco Celta, dicen que criado alli mismo, lo que se que para ser la primera vez que como eso, está riquisimo, tiernito un sabor...., y despues un Churrasco tambien para quitar el hipo, acompañado de ensalada, postres etc..., pienso que nada caro. 54,60 €. La gente muy agradabe, desde el dueño, camarera hasta el cocinero, que nos dijo que era seguidor de este Bolg. Tenemos prometido volver, por que habia platos que hay que probar, como la Oreja y la Cachola ó el Chuletón de Buey. Muy bien  amigos volveremos..... Muy buena atención


Con la Colaboración especial de....





viernes, 22 de abril de 2011

RESTAUARANTE NAUTICO

Después de mucho tiempo, sin añadir nada a este blog, el señor master de los premios, que es el que suscribe, dedice con un amigo, realizar un viaje gastronómico. Encontrándonos en Ferrol, y despues de plantear las distintas alternativas, dedidimos por visitar a nuestros primos hermanos, asi que, CARRETERA Y TENEDOR, primero visitamos, la playa de las catedrales (Ribadeo), continuamos camino y fuimos a parar a, TAPIA DE CASARIEGO, la duración del viaje en cuestión, fue de 1h 30´ + ó -. Una vez llegados allí nos dispusimos a buscar sitio para comer. El lugar en cuestión estaba repleto de gente, encontramos una mesa vacia,en una terraza. Pués ahi nos quedamos, era el restaurante el nautico, nos metimos entre pecho y espalda unos medallones de queso de cabra a la plancha, encima de unas rodajas de tomate y una morcilla que quitaba el hipo. (37 €). Después de comer allí, nos dirigimos hacia LUARCA, que se me quedo una espina clavada, pués vi que hay unas sartenes que quitan el hipo. Mas adelante os diré donde hay esas sartenes sin tener que ir tan lejos.

domingo, 30 de enero de 2011

RESTAURANTE VILLACOL

Después de mucho tardar en escribir en este blog, por que parece que esta abandonado, quise hacer una inclusión por tierras luguesas. Me dispuse a coger el coche, dirección A-6, mas para ya de Lugo, cerca de piedrafita do cebreiro, San Xoan de Noceda-As Nogais(Lugo), en la salida 438. Restaurande de carretera, lleno de camioneros, cazadores, etc..., con especialidad en Troitas, Churrasco y Comidas caseras. Bueno en cuestión, salíamos de Ferrol a eso de las 12:30 h + ó -, y a eso de la 13:45 llegamos al sitio en cuestión. Nos sentamos y de una diversidad de primeros, nos decidimoa a comer unos callos, muy ricos por cierto, que nos quitaron un cierto frio, ya que allí al lado en piedrafita, estaba nevado.
De segundo nos tomamos un churrasco, en horno de leña, te lo iban haciendo al momento y te lo servían caliente, hasta que no quisieras mas, todo ello regado con vino, cafe, postre, ascedió a la friolera de 10 € cabeza.

martes, 9 de noviembre de 2010

Taberna de Daniel (La Casa de las Tortillas, Lugo)

Domingo, 7 de Noviembre de 2010

En vista del éxito del pasado domingo por tierras de la bimilenaria ciudad amurallada Patrimonio de la Humanidad, también conocida como Lugo, el que suscribe, acompañado de mi Rosa de Jericó, decidimos realizar una incursión culinaria en la zona vieja de Lugo, murallas adentro.

Nos dirigimos a una de las calles que desembocan en la Catedral románica del siglo XII, la Calle Bispo Basulto. Mientras el que suscribe lee el menú del primer local, llamado Curmáns, mi Rosa de Jericó indaga en las propiedades del vecino... y es que el nombre prometía: Taberna de Daniel - La Casa de las Tortillas. Así que no hubo ni duda ni discusión, y a la Taberna de Daniel nos fuimos.


El lugar es pequeño, pero muy acogedor. Es, quizás, más adecuado para tapear, porque no hay comedor y las mesas disponibles no son muchas.

De la carta destacaríamos la enorme varidad de tortillas, todas ellas a precios muy asequibles. Nos decidimos por el menú del día, que lamentablemente no incluía tortilla entre sus platos, aunque la rápida reacción de mi Rosa de Jericó pidiendo un pincho de tortilla española como aperitivo nos permitió conocer que además de variedad de tortillas, la tortilla española de la Taberna de Daniel está deliciosa. Si el resto de las tortillas de la carta están igual o mejor... sobredosis de colesterol asegurada.

Del menú del día, de primer plato se podía escoger entre Empanada de Bonito o Revuelto de Champiñones. Tanto mi Rosa de Jericó como el que suscribe nos decantamos por el revuelto, presentado en una cazuela de barro, sabroso, en cantidad más que aceptable, auqnue se echaban de menos unas gambitas para contrastar el sabor de los champis... Aún así, estaba sabroso.




A todo esto, esta enchenta se regó con un albariño, un Gundián, de buen paladar y mejor bajada...



Entre los segundos platos, de las dos opciones que había, mi Rosa de Jericó pidió un salmón, una rodaja grande sin ser excesiva, acompañada de patatas cocidas y de unas rodajas de tomate condimentado, siendo calificado como "Bueno"



El que suscribe pidió la otra alternativa, un lacón cocido. Bien preparado, bien de cantidad, se echó de menos que la verdura que acompañaba no fuesen unos grelos del terruño... Rico, sin ser nada excepcional pero tampoco se le puede pedir mucho a un lacón cocido, sólo que no tenga demasiada sal (que no la tenía) y que el chorizo que lo acompañe no haga llorar durante dos días por el picante. Y así estaba, sin demasiada sal y con un chorizo dulce y sabroso.



Y de postre, Tarta de Santiago para ambos los dos, una buena ración aunque quizás un poco seca de más...



Después del postre, un café de pota recién salido de la cocina, para ayudar a bajar los manjares.

En cuanto a la dolorosa, ascendió a 34 eurones de curso legal (17 eurones per cápita), que no está mal si tenemos en cuenta el pìncho de tortilla de aperitivo y la botella de alvariño que nos acompañaron a mayores.
La Taberna de Daniel se encuentra en la Calle Bispo Basulto, nº 4 de Lugo, a un paso de la Catedral. Recomendable.

Productos de la Tierra

Sábado, 6 de Noviembre de 2010
Esta semana nos decantamos por dos productos del país, "Tenreira da Serra da Capelada" y "Porco Celta" al ser estos un poco dificilillos de encontrar en restaurantes decidimos comprar los productos y prepararlos en la barbacoa de casa.

Vamos a ello, a "Tenreira da Serra da Capelada" es una ternera autóctona, criada el libertad en el monte con una carne de compacta y baja de grasas acumuladas con un sabor espectacular. La preparamos a la brasa regándola de vez el cuando con una salsa débil a base de agua, sal, pimienta negra y un pequeño toque de salsa de soja. Tanto a la vista como el sabor soberbios.



La acompañamos con unos "liscos" de Porco Celta, otro animal del país de gran presencia y sabor, ese tocino entreverado con un toque a nuez que solamente poniéndolo a la brasa un ratito coge una textura espectacular y acompañado de un buen pan con mezcla de centeno autóctono Hummmmmmmmm que os voy a contar que vosotros no sepáis.

Para acabar la oda al colesterol, unos criollos y unos choricitos de Lugo.


Disfrutemos de muchos productos Gallegos que aúnque desconocidos por muchos son espectaculares...

La Crítica original corresponde al Sr. Cojonauta, que es más vago que un funcionario en día moscoso y no le sale del recipiente escribir en el blog... A limpiar playas en días de temporal te ponía yo, cabrito :P

viernes, 5 de noviembre de 2010

Restaurante Sevilla, Lugo

Ante las numerosas peticiones por parte del gran número de seguidores de este blog (dos o tres) y una oferta que no puedo rechazar, actualizamos este engendro con la última escapada hecha. Y es que no hay nada como un buen chantaje para incentivar el noble arte de la escritura de blogs...

Domingo, 31 de Octubre de 2010

Estamos en pleno otoño, una época en la que las hojas de los árboles caducos caen, se cambia la hora, llueve como si fuese obligatorio y se ralentiza el metabolismo de los partidarios del buen yantar. Ya lo dice el famoso refrán "En otoño no crece ni el pelo del  moño".

Ante el estado de semi-aburguesamiento del Sr. D. Cojonauta y del Primo de la Mani, el que suscribe se desplaza en diligencia a la ciudad amurallada bimilenaria patrimonio de la humanidad, o sea, Lugo, con diversos propósitos, algunos de los cuales escapan al objeto de este blog.

El lugar donde se perpetró la enchenta fue el Restaurante Sevilla, situado en la Rúa Cidade de Vigo, 1, a unos pasos de la Estación de Autobuses. Para esta crítica, el que suscribe contó con la inestimable colaboración de la Chica de los Ojos Verdes mi Rosa de Jericó. El local es amplio, con un comedor en el piso superior, con vistas a la muralla.



Ver mapa más grande

De primer plato, la Chica de los Ojos Verdes mi Rosa de Jericó pidió una ensalada marinera, de buen sabor, según su excelente criterio, que acompañó con unos golpes de salsa mayonesa.
El que suscribe se inclinó por y sobre un rico y variado Salpicón de marisco, preparado al estilo casero, en una cantidad más que respetable y de muy buen sabor, con pedazos de pulpo cocido en su punto (algo de agradecer). También se acompañó de un par de golpes de mayonesa.
De segundo, la Chica de los Ojos Verdes mi Rosa de Jericó pide un Bacalao a la Portuguesa, bien presentado, en su punto de sal aunque con demasiado aceite. El pedazo de bacalao es generoso, acompañado de unas patatas panaderas que rodean el plato. Desde luego, la presentación es un aspecto cuidado en el Restaurante Sevilla.

Por otra parte, el que suscribe pide ternera asada, igualmente bien presentada, acompañada de una salsa bien elaborada y unas patatas fritas. Los pedazos de ternera son grandes, más que suficientes, bien preparados  y muy tiernos.

De postre, ración de tarta de Santiago. La porción servida es generosa, de buen tamaño, ideal para culminar la enchenta.



Y todo esto por sólo 10 eurones por cabeza. Sí, habéis leído bien, 10 eurones por cabeza. Además, el trato fue agradable en todo momento, sin tener que esperar interminablemente por un plato. Sin duda, un lugar muy recomendable, con buena comida, al estilo casero, excelentes precios en la carta, variedad en cuanto a carnes, pescados, mariscos, entrantes y postres.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Restaurante Casa Juan (Concello de Monfero, A Coruña)

Sábado 25 de Septiembre de 2010

Son las 11 de la mañana, y no da señales de vida ni el viento. Se había rumoreado que hoy se iría a comprobar si era cierto eso de que León huele a cecina. Tras enriquecer un poco más a una de las pobres compañías de telefonía móvil que nos rodean, quedamos a desayunar en O'Porto la sacro-santa tapa de tripas con mojo picón. Una vez realizada la oportuna bendición de las tripas con el mojo y de dar buena cuenta de ellas por parte del Sr. Cojonauta y el que suscribe, nos dirigimos a otro bar, esperando a que el Máster de los Premios, también conocido como "el Primo de la Mani", deje de abrazarse con Morfeo y haga acto de presencia. Y el primo de la Mani apareció, tarde, mal y casi a rastro...

Tras las preguntas de siempre ("y a donde vamos hoy? en donde nos dejamos caer?"), con la respuesta de siempre ("no sé, a mí me da igual") y una intensa deliberación de más de media hora, una vez descartada la opción leonesa por la hora, nos dirigimos hacia Monfero, y llegamos hasta Restaurante Casa Juan, a unos 2 kilómetros y medio del Monasterio de Monfero.

Es un lugar muy acogedor, con las paredes repletas de objetos antiguos (no os perdáis la colección de relojes de pared que tienen en el comedor). El comedor no es muy grande, al menos en el que estuvimos, con capacidad para unas 30 personas. En la carta, en la primera hoja, un saludo por parte de los dueños. De entre los variados primeros platos, el Primo de la Mani escogió unos callos, de buen olor y aspecto. Lamentamos no poder transcribir la crítica de los callos por parte del Primo de la Mani, no fui a clase de traducción gruñido-castellano.

De primero, el Sr. Cojonauta y el que suscribe se inclinaron sobre un típico caldo galego de nabizas. El caldo estaba bastante bien. Lo que se espera de un caldo casero.



De segundo, el Primo de la Mani se decanta por una zorza, presentada con patatas fritas y pimiento. De nuevo lamentamos no poder ofrecer la crítica del Primo de la Mani.


Por parte del Sr. Cojonauta y yo, corzo, un plato de caza que no es muy abundante encontrar en los lugares que hemos visitado. Asado en su punto, estaba acompañado de unas patatas fritas y una salsa de setas del país. El corzo estaba blando, bien pasado y sabroso, sin grasa, y de cantidad, más que suficiente. La salsa maridaba perfectamente con la caza. De hecho, casi tuvimos que romperle los dedos al Primo de la Mani para que no nos dejase sin salsa. Porque la criatura sabe hacer barquitos como nadie, pero este sábado parece que se sacó el doctorado en Ingeniería naval.


De postres, requesón para el Primo de la Mani, que fue lo único que dejó limpio la criatura.

El Sr. Cojonauta pide una tarta de piña casera, que tuvo oportunidad de probar el que suscribe, sabrosa y suave a la vez.

Yo me pedí un flan de café, bueno, aunque acompañado de nata estaría mejor.


Todo ello regado con un vino tinto de la casa, correcto, de buen sabor, ideal para acompañar con una gaseosa. Y de sobremesa, un chupito de licor café.


Tenéis la opción de tomar café de pota... y si sois cafeteros no lo debéis perder.

En cuanto a la dolorosa, unos 71 euros (menos de 25 euros por persona). Teniendo en cuenta que dos de los platos fueron de corzo, el precio está más que bien.

Y de trato, excelente, impecable, díría yo. Un lugar muy recomendable al que habrá que regresar cuando se puedan visitar a los primos asilvestrados de cochinín. En época de caza, es casi obligatorio ir.