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martes, 9 de noviembre de 2010

Taberna de Daniel (La Casa de las Tortillas, Lugo)

Domingo, 7 de Noviembre de 2010

En vista del éxito del pasado domingo por tierras de la bimilenaria ciudad amurallada Patrimonio de la Humanidad, también conocida como Lugo, el que suscribe, acompañado de mi Rosa de Jericó, decidimos realizar una incursión culinaria en la zona vieja de Lugo, murallas adentro.

Nos dirigimos a una de las calles que desembocan en la Catedral románica del siglo XII, la Calle Bispo Basulto. Mientras el que suscribe lee el menú del primer local, llamado Curmáns, mi Rosa de Jericó indaga en las propiedades del vecino... y es que el nombre prometía: Taberna de Daniel - La Casa de las Tortillas. Así que no hubo ni duda ni discusión, y a la Taberna de Daniel nos fuimos.


El lugar es pequeño, pero muy acogedor. Es, quizás, más adecuado para tapear, porque no hay comedor y las mesas disponibles no son muchas.

De la carta destacaríamos la enorme varidad de tortillas, todas ellas a precios muy asequibles. Nos decidimos por el menú del día, que lamentablemente no incluía tortilla entre sus platos, aunque la rápida reacción de mi Rosa de Jericó pidiendo un pincho de tortilla española como aperitivo nos permitió conocer que además de variedad de tortillas, la tortilla española de la Taberna de Daniel está deliciosa. Si el resto de las tortillas de la carta están igual o mejor... sobredosis de colesterol asegurada.

Del menú del día, de primer plato se podía escoger entre Empanada de Bonito o Revuelto de Champiñones. Tanto mi Rosa de Jericó como el que suscribe nos decantamos por el revuelto, presentado en una cazuela de barro, sabroso, en cantidad más que aceptable, auqnue se echaban de menos unas gambitas para contrastar el sabor de los champis... Aún así, estaba sabroso.




A todo esto, esta enchenta se regó con un albariño, un Gundián, de buen paladar y mejor bajada...



Entre los segundos platos, de las dos opciones que había, mi Rosa de Jericó pidió un salmón, una rodaja grande sin ser excesiva, acompañada de patatas cocidas y de unas rodajas de tomate condimentado, siendo calificado como "Bueno"



El que suscribe pidió la otra alternativa, un lacón cocido. Bien preparado, bien de cantidad, se echó de menos que la verdura que acompañaba no fuesen unos grelos del terruño... Rico, sin ser nada excepcional pero tampoco se le puede pedir mucho a un lacón cocido, sólo que no tenga demasiada sal (que no la tenía) y que el chorizo que lo acompañe no haga llorar durante dos días por el picante. Y así estaba, sin demasiada sal y con un chorizo dulce y sabroso.



Y de postre, Tarta de Santiago para ambos los dos, una buena ración aunque quizás un poco seca de más...



Después del postre, un café de pota recién salido de la cocina, para ayudar a bajar los manjares.

En cuanto a la dolorosa, ascendió a 34 eurones de curso legal (17 eurones per cápita), que no está mal si tenemos en cuenta el pìncho de tortilla de aperitivo y la botella de alvariño que nos acompañaron a mayores.
La Taberna de Daniel se encuentra en la Calle Bispo Basulto, nº 4 de Lugo, a un paso de la Catedral. Recomendable.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Picnic náutico

Una entrada un poco fuera de contexto, porque no fue ninguna escapada a tierras lejanas en plena ignorancia, pero bueno...

Fecha: 31 de julio de 2010. Estado: lamentable, con una resaca de campeonato (el día 30 no había sido muy bueno y además, ya hacía tiempo...). ¿Qué se puede hacer para recuperar? Despejar la mente con una agradable brisa marina. Así que a las 11 de la mañana del día de autos, aproximadamente, el Sr. D. Cojonauta, almirante de patera y gamela de cuarta categoría, sugiere una jornada de picnic náutico. Y claro, como tengo el sí fácil...

Fuimos a un supermercado a pertrecharnos de víveres "typical spanish picnic". O sea, bistecs para empanar y tortilla, que fueron preparadas convenientemente por el Sr. D. Cojonauta y el que suscribe. Y por supuesto, para recuperarnos de la resaca, una buena nevera llena de cervezas... Y con todo ello nos fuimos para la patera.

Ayyyyyyy la vida náutica...

Bueno, pues a los mandos del Almirante de Pateras y Gamelas nos dirigimos a una zona tranquila de la ría de Ferrol, cerca de la playa de Cariño y a una distancia prudencial y considerable de la playa. La vista a popa era esta:

Mientras que la vista a proa era esta:


Para los que seáis de secano, como yo: proa es lo de delante y popa lo de atrás...

Y lo que se metió entre pecho y espalda tenía este aspecto:


Todo muy rico, modestia aparte. Como chefs no tenemos precio...

A la tarde contamos con la inestimable ayuda de Pachi para ayudar a vaciar la nevera y para ayudar a un rescate de unos chavales a los que la corriente y el viento los arrastraba ría afuera. Momento ONG, que diría alguien. Todo ello, por supuesto, entre baño y baño, que limpios lo somos y mucho, que detrás de las orejas tenemos una patena y no vida, como otros...